Cada vez más pacientes y sus familias recurren a la comunidad médica, no sólo para buscar las causas que originaron el diagnóstico de espectro autista, generalmente en pacientes menores de edad, sino también acerca del uso de cannabinoides para mejorar su calidad de vida.
Desde prevenir las convulsiones hasta calmar la conducta agresiva, un lento pero prometedor proceso de investigación al respecto sugiere que los cannabinoides, particularmente el cannabidiol, puede ser la maravillosa sustancia que las familias han estado buscando. Sin embargo, la falta de resultados contundentes en los estudios relativos a su uso continúa, por ética, responsabilidad y precaución principalmente, enfrentando a los médicos a cuestionamientos como ¿Deberíamos recomendarlo a los pacientes? ¿Cómo sopesamos los beneficios y los riesgos?
Los endocannabinoides son mediadores de lípidos naturales en el cuerpo que se unen a los receptores de cannabinoides. A diferencia de otros neurotransmisores, se producen a demanda en el cuerpo y se inactivan rápidamente. Los más comunes incluyen: N-araquidonoiletanolamina (anandamida), 2-araquidonilglicerol (2-AG) y 2-araquidonilgliceril éter.
La anandamida, también conocida como la molécula de la felicidad, es uno de los endocannabinoides más estudiados. El sistema receptor de cannabinoides tiene un papel muy complejo en el cuerpo, que incluye la regulación de la función celular, el mantenimiento de la homeostasis, la coordinación motora, el sistema de recompensa cerebral, la respuesta al estrés, la función de la memoria (hipocampo), el apetito, la modulación del dolor y la reducción de la inflamación.
La anandamida inhibe la liberación de neurotransmisores como el glutamato y el ácido gamma aminobutírico (GABA). También afecta a la noradrenalina, la dopamina, la serotonina, la histamina, las prostaglandinas y los opioides.9 Un desequilibrio en el sistema GABA y glutamato suele estar relacionado con el autismo.
El trastorno del espectro autista es una discapacidad del neurodesarrollo caracterizada por un deterioro en 3 dominios principales: de interacción social, de comunicación y patrones de comportamiento. Se llama trastorno del espectro porque tiene una amplia gama de gravedad y tipo de síntoma. Suelen aparecer en los primeros años de vida; sin embargo, se puede diagnosticar a cualquier edad.
Las causas del autismo no se comprenden con claridad. Es un trastorno complejo que se cree que es de origen multifactorial, que involucra factores genéticos y ambientales. Se asocia con varias afecciones, como X frágil, síndrome de Rett, esclerosis tuberosa, fenilcetonuria y ciertas afecciones genéticas que involucran la deleción o duplicación de cromosomas. Por lo general, aproximadamente del 20% al 25% de las personas con autismo son diagnosticadas con epilepsia en algún momento de sus vidas. La discapacidad intelectual también suele relacionarse con el diagnóstico de autismo y existe una estrecha asociación con el riesgo de convulsiones en las personas autistas.
Actualmente no existen medicamentos que aborden los síntomas centrales del autismo. Los que se tienen, se utilizan para tratar los síntomas comórbidos como la ansiedad o los síntomas del estado de ánimo y el comportamiento agresivo. Pero estos pueden no ser muy efectivos y a menudo causan varios efectos secundarios, lo que limita su uso.
Así que, con el aumento de casos de autismo, también está aumentando la necesidad de suministrarles tratamientos efectivos. Pero, los tratamientos en la infancia conllevan tanto riesgos especiales como posibles recompensas.
Debido a que el cerebro de un niño aún se está desarrollando, es una buena oportunidad para realizar cambios significativos, pero por la misma razón, es un momento peligroso para experimentar con ciertos compuestos como los cannabinoides.
Tanto si aceptamos el cannabis como tratamiento psiquiátrico como si no, los pacientes y sus familias sienten curiosidad e interés por conocer todas las opciones para mejorar su condición. Por eso, es vital difundir información acerca del uso del cannabis para tratar el trastorno del espectro autista, y aún más importante, actualizar constantemente, a la par de la velocidad con la que se arrojan nuevos resultados, dicha información. Esta parece ser la única forma en la que el uso de los cannabinoides en pacientes con trastorno de espectro autista podría resultar benéfico y seguro.