Es una realidad: el vínculo entre el cannabis medicinal y la recuperación exitosa de un abanico de enfermedades y padecimientos es un hilo pendiente que requiere del reforzamiento y respaldo de la ciencia. Pero también, es cierto que en sus primeros pasos, la investigación de esta relación es prometedora.
Aún faltan estudios contundentes, pues hasta ahora, no ha sido posible demostrar que el CBD pueda ralentizar, detener, revertir e incluso prevenir los trastornos neurológicos progresivos, como el Alzheimer. Sin embargo, las primeras pistas arrojan que es altamente probable que su consumo pueda ayudar a controlar algunos síntomas del curso de este padecimiento, principalmente la agresividad y la agitación de quien vive con él.
El Alzheimer es una forma de demencia que empeora con el tiempo, y que implica la pérdida de memoria, de la capacidad de comunicarse a través del lenguaje y limitaciones del pensamiento. El CBD es uno de los compuestos activos que se encuentran en la planta de cannabis, encargado de proporcionar los efectos terapéuticos asociados a la marihuana, como la calma, la mejora del sueño y el control del dolor, gracias a su interacción con los receptores del sistema endocannabinoide, que se encuentran principalmente en el sistema nervioso central y en el sistema nervioso periférico.
Un cuadro inicial de Alzheimer puede provocar cambios en el comportamiento de la persona afectada, que van desde una notable desinhibición, un comportamiento agresivo y alteraciones en el sueño, hasta el retiro social. Es en la supresión de estos primeros síntomas donde, de acuerdo con los primeros análisis, la actuación del CBD como apoyo en el tratamiento médico ha demostrado ser benéfico.
A pesar de la posibilidad de ayudar con estos primeros síntomas, las primeras investigaciones apuntan a que es posible que el CBD no pueda ayudar con los efectos del Alzheimer que ocurren a medida que avanza la enfermedad, como los problemas para hablar y escribir, la pérdida de la memoria, pérdida del juicio y un retiro total social, incluso dentro del núcleo familiar.
Por otra parte, aunque de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el uso del CBD se reconoce como seguro, y no adictivo ni nocivo, antes de consumirlo debe tener en cuenta que existen unos (pocos) efectos secundarios que pudieran presentarse, como cambios en el apetito y en el peso, diarrea y fatiga.
De la misma manera, debe considerar que existen muchas formas y presentaciones de cannabis y CBD medicinal disponibles en el mercado, siendo los aceites y las tinturas los más comunes, además de una excelente opción para personas que no pueden tomar cápsulas o pastillas.
Antes de optar por un determinado producto, es importante consultar la opinión de un experto de la salud, y tomar en cuenta una variedad de factores que contribuirán a determinar el producto y la dosis correcta para ingerir, como el peso corporal, el estado/avance del Alzheimer en el paciente, su edad y cuáles son los otros medicamentos que actualmente tiene prescritos para tratar su condición.
Los 5 principales beneficios del cannabis para la enfermedad de Alzheimer
