La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral se comporta de forma anormal, ocasionando convulsiones o periodos de comportamientos y sensaciones inusuales, incluso en ocasiones llegando a provocar la pérdida de conciencia en quienes lo padecen. La epilepsia afecta a hombres y mujeres por igual, sin importar edad, sexo, género, orígenes étnicos ni edades. Cualquier persona puede sufrir de epilepsia en algún momento de su vida.
Los efectos de la epilepsia son muy variados en cada paciente. Algunas personas miran fijamente hacia el vacío durante la convulsión, mientras que otras mueven rápidamente, sin control y de forma brusca sus brazos y piernas. Es importante aclarar que tener una convulsión no implica automáticamente padecer epilepsia. En realidad, por lo común se diagnostica este trastorno cuando la persona tiene por lo menos dos convulsiones no provocadas.
Debido a que se trata de un padecimiento que se presenta a raíz de un comportamiento inusual del cerebro, las convulsiones pueden afectar cualquiera de los procesos que este vital órgano coordina. Los síntomas de la epilepsia, entre otros, son:
Confusión temporal, episodios de ausencia, movimientos espásticos incontrolables de brazos y piernas, pérdida del conocimiento o conciencia o síntomas psíquicos desproporcionados como miedo, ansiedad o deja vú. Además, los síntomas varían según cada tipo de convulsión. Aunque normalmente la persona presenta el mismo tipo de convulsión en cada episodio de epilepsia.
En la mayoría de los casos, el tratamiento para estos pacientes puede consistir en la prescripción de medicamentos, pero también es posible que se les recomiende practicarse una cirugía para poder controlar los efectos. Algunas personas reciben tratamiento de por vida para poder mitigar los efectos negativos y aumentar en la medida de lo posible su calidad de vida, sin embargo, en otros casos, las convulsiones eventualmente desaparecen. Algunos niños con epilepsia pueden superar la enfermedad al crecer.
Existen, además, tratamientos alternativos como el uso de cannabis medicinal para tratar la epilepsia. Los estudios siguen en proceso, pero hasta el día de hoy han demostrado tener una relación positiva en el bienestar y avance de los pacientes que viven con este trastorno.
El sistema endocannabinoide está relacionado directamente con un amplio número de procesos fisiológicos como la percepción del dolor, el aprendizaje y la memoria, procesos neuronales, cardiovasculares, reproductivos e inmunológicos. Por esto se le ha vinculado a ciertas patologías psiquiátricas y neurológicas.
Los derivados del cannabis medicinal se utilizan generalmente como antieméticos, analgésicos y antiepilépticos y según los estudios en vigencia, existe evidencia que apunta hacia un camino prometedor en el uso del cannabis medicinal como tratamiento para pacientes con epilepsia.
Aunque el camino por recorrer para demostrar y respaldar científicamente su efectividad, el cannabis medicinal parece ser la sustancia que por años, los pacientes epilépticos alrededor del mundo han estado esperando, con la promesa de ayudarlos a aminorar tanto sus síntomas, que pudieran incluso llevar una vida normal, aunado a los cuidados generales que su condición implica.